miércoles, 22 de agosto de 2012

el neolítico cerámico


La cerámica se comienza a utilizar de manera sistemática desde el séptimo milenio, cuando el sistema económico de la producción de alimentos está plenamente implantado. 

cerámica del Yarmukiense
La fabricación de contenedores de arcilla cocida podría relacionarse con la necesidad de reservar parte de los excedentes agrarios, fundamentalmente semillas de cereal, a lo largo de las estaciones, tanto como recurso alimentario como para la siembra del año siguiente. Además, se podía almacenar líquidos, cocinar, o utilizar para procesos de fermentación (producción de bebidas alcohólicas).

La cerámica ha tenido un papel muy importante a la hora de definir las diferentes culturas a partir de las morfologías y decoraciones de los recipientes cerámicos.

representación de Çatalhöyük
Los grupos humanos empezaron a explotar otros recursos ofrecidos por los animales. 

Además de la carne, se producía leche, lana, queso, yogurt, abono, o empleaban ciertos animales de tiro y carros.

En Próximo Oriente, entre el 6.250-5.300 a.C. se dan numerosos grupos culturales distintos. Algunos son:

El Yarmukiense: en el sur del área Levantina. Las figuritas, tan comunes en etapas anteriores, desaparecen, quizás porque la nueva opción artística sea la cerámica.

restauración de una vivienda de Çatalhöyük
El Neolítico de Anatolia: en la llanura de Anatolia. Las casas están adosadas unas a otras sin espacios intermedios ni calles. 

El aspecto más importante de esta cultura es el simbólico, desarrollado en templos o santurarios en yacimientos como Çatalhöyük. 

Básicamente, la temática se centra en representaciones de toros y de figuras femeninas.

La cultura de Samarra: en los Zagros y Taurus. Los poblados son complejos en su estructura y de gran tamaño. 

Tienen una plaza central en la que desembocan los accesos de la ciudad. Algunas casas están estructuradas en torno a un patio central.

Lo más importante de esta cultura es el uso de la irrigación a gran escala como demuestran los varios kilómetros de canales encontrados en el yacimiento de Choga Mami.
planta de Samarra

La cultura de Halaf: en la zona de Siria y de la Alta Mesopotamia. 

cerámica de Halaf
La cerámica está caracterizada por vasijas carenadas de bordes abiertos y copas de pie largo. Se decora en rojo o negro. 

Los motivos son geométricos, vegetales o zoomórficos.

Hacia el 3.500 BC, Mesopotamia entra definitivamente en un período histórico, con la presencia de grandes urbes como Uruk, Ur, Eridú, Lagash…

Alrededor del 3.250 BC tenemos las primeras evidencias de textos escritos en tablillas de arcilla.





fases precerámicas: PPNA y PPNB


En las primeras etapas neolíticas del Próximo Oriente no se implantan todas las características definitorias del neolítico. 

Por ejemplo, aún no encontramos cerámica, por lo que se ha hablado tradicionalmente del neolítico Precerámico, que en el Próximo Oriente se divide en dos etapas: el PPNA (neolítico precerámico A, siguiendo la nomenclatura en inglés: Pre-pottery Neolithic) y el PPNB.


PPNA: Tiene una cronología comprendida entre 9.500-8.500 BC (10.000-9.400 BP). Este tecnocomplejo está localizado en el denominado “Corredor Levantino”. 

Fue identificado por primera vez  en el yacimiento de Tell-el-Sultan de Jericó (Israel). Otros yacimientos pertenecientes a este tecnocomplejo son Khiam , Netiv Hagdud o Nahal Oren en Israel, Aswad, Mureybet, Qamarel Cheikh Hassan en Siria o Cayönü en Turquía.

Los poblados del PPNA son muy variables en sus dimensiones, desde 2-3 hectáreas hasta los 100m2 de los menores. Dado que los yacimientos son mayores que en etapas precedentes (Natufiense o Khiamiense) se considera que la población es mayor en la región en estos momentos. 

Las viviendas son estructuras circulares u ovales, similares a las del Natufiense. Su disposición está condicionada por las características topográficas del poblado, más que por una intención de estructurarlo.

reconstrucción de viviendas del tipo A y B
PPNB: Comprende entre 8.500-6.700 a.C. (9.500-7.900 BP). Esta etapa supone el afianzamiento de la producción de alimentos y su expansión a otras áreas adyacentes como Anatolia, Chipre y la Meseta iraní. 

La domesticación de nuevas especies y la aparición del pastoreo nómada acompañan al proceso de expansión. Prácticamente se abandona la caza, centrándose en la ganadería.

La mayoría de los asentamientos comprende entre las dos y las doce hectáreas (entre las 1000 y 2000 personas), y corresponden a ocupaciones anteriores del lugar. 

Destacan Tell es-Sultan de Jericó, ´Ain Ghazal en Israel, El Kown, Bouqras y Tell Abu Hureyra en Siria, Cayönü Tepesi, Haçilar y Catalhöyük en Turquía y Maghzaliyah o Nemrik en Irak.

Las estructuras de uso doméstico son, generalmente, de plana rectangular o cuadrada. Algunas con dos plantas, la inferior usada como almacén y la superior como vivienda. 

Existen construcciones empleadas con fines rituales o sociales. Aparecen nichos con objetos en ambos tipos de construcciones. 

Se practica el comercio tanto a larga distancia como a nivel local. 

El comercio de cobre nativo va siendo habitual en estos momentos.





lunes, 20 de agosto de 2012

primeras desigualdades sociales


Las nuevas actividades de producción supusieron también nuevas formas de interrelación entre los individuos de una comunidad y entre diferentes comunidades: había que preparar los campos, sembrar, cosechar, lo que obligaba a un mayor grado de cooperación. Además, había que defender el territorio cosechado.

La sedentarización también implicaba el establecimiento de un nuevo orden y la gestión de los recursos alimentarios inmediatos, así como la de un posible excedente. Por todo ello, algunos investigadores relacionan la aparición de la agricultura con la de las primeras desigualdades sociales.

El distinto acceso a la disponibilidad de los recursos producidos que se daría entre los individuos de una comunidad llevaría a dichas desigualdades y, a su vez, a tensiones internas entre las diferentes capas sociales.

Estas desigualdades se reflejarían en la monumentalidad de algunos enterramientos en las necrópolis a partir de este momento, o en la presencia, en los ajuares funerarios, de elementos no funcionales que podrían explicarse como bienes de prestigio (no hay que olvidar el valor simbólico, mágico o semiótico que éstos puedan tener).

Otra característica del comportamiento de las sociedades neolíticas es la institucionalización, o generalización, de la guerra, entendida como los conflictos que se suscitan entre dos comunidades diferentes. Ciertamente, la violencia intergrupal existiría antes del neolítico, como existe en muchas otras especies animales afines a los humanos. Pero lo cierto es que la agricultura supuso una percepción más territorialista de las áreas de cosecha, cuyo saqueo y violación de las fronteras generarían estos conflictos. 

Es frecuente, a partir de este momento, encontrar individuos en las necrópolis con evidentes signos de lucha, como por ejemplo puntas de flecha clavadas en determinados puntos del esqueleto. Algunas manifestaciones artísticas también nos remiten a estos conflictos bélicos.

combate de arqueros. Morella (Castellón)
La convivencia con el ciclo agrario supuso el cambio de la percepción del tiempo y de la vida. Algunos historiadores de las religiones hablan de la generalización, a partir de este momento, del “optimismo soteriológico” (optimismo de salvación). Cuando la simiente, muerta, es enterrada y entra en contacto con la Tierra, ésta vuelve a la vida en forma de nueva planta la temporada siguiente. Por lo tanto, del mismo modo los seres vivos mueren y resucitan tras ser puestos en contacto con la fertilidad que da la Tierra. 


Es en este punto de la evolución mental de los seres humanos cuando la Tierra de diviniza, en forma de mujer, de madre, de un ser femenino que conoce el secreto de la vida, de la fertilidad. La figura de la Diosa Madre, como divinidad principal, se acompaña de un elemento masculino, en el caso del Próximo Oriente, encarnado en la figura del toro, formando, entre ambos, el sistema religioso de estos grupos.  

domingo, 19 de agosto de 2012

Wadi-en-Natuf


El término Creciente Fértil define un área comprendida entre el sur del desierto de Siria hasta la cuenca Medio del Éufrates. Abarca el Sinaí, Israel, Palestina, Líbano, el oeste de Jordania y este de Siria (Corredor Levantino). Las montañas del Taurus y la Meseta de Anatolia al norte y los Montes Zagros  y cuencas del Éufrates y Tigris al este. 

morteros natufienses
Las zonas más altas de esta área reciben unas precipitaciones en torno a 200 mm3, suficiente para que existan cereales sin necesidad de irrigación. La zona del sureste de Anatolia, el Taurus y los Zagros tienen una importante masa forestal compuesta principalmente por roble. Es en esta área donde se dan los ancestros salvajes de las especies domesticadas: trigo, cebada, farro, lentejas, guisante, oveja, cabra, toro y cerdo.

Los primeros pueblos propiamente mesolíticos aparecieron en la región del Próximo Oriente hacia el 12.000 BP y reciben el nombre de Cultura Natufiense. Fue la arqueóloga Dorothy Garrod quien ideó el término, a partir del yacimiento israelí Wadi-en-Natuf. 

escultura zoomorfa de Umm-es-Zutina
Todos los yacimientos natufienses presentaron campamentos al aire libre con un número de cabañas que varía entre la decena y el medio centenar.

bustos humanos de Eynan (Aïn Mallaha). Israel
Presentan planta circular, semienterradas en el suelo y construidas mediante una serie de hileras de piedra, ladrillos de adobe, zarzo, cañas y barro, entre una serie de postes hincados en tierra para dar consistencia al muro y sostener la techumbre.. Debían estar cubiertas por una estructura vegetal, cónica o plana. Un suelo de tierra apisonada y una serie de escalones desde la puerta al suelo.

Destaca la continuidad en el uso de una industria de microlitos geométricos que podrían haber servido como puntas letales de caza y como dientes de hoz para recolectar plantas silvestres, acompañada de un desarrollo bastante importante de la industria ósea. 

mango de hoz. Meart at NaNahal
Entre las herramientas más sorprendentes se hallaban unas piezas macrolíticas realizadas con una técnica hasta ahora desconocida: el pulimento

El pulido permitió confeccionar morteros, molederas, molinos, alisadores… que se usaron al parecer para tareas de procesamiento de vegetales como la trituración de grano. 

tumba natufia, varón con cachorro. Eynan
Se usó también para realizar recipientes de piedra de poca profundidad y superficies pulidas, a modo de cuencos, que anteceden en varios milenios a los recipientes cerámicos. 

Se observa gran diversificación de recursos, con la explotación de grandes y pequeños animales, la pesca y también la recolección de gran variedad de elementos vegetales silvestres, sobre todo las gramíneas. 

Los natufienses destacaron por las representaciones animalísticas en el arte mueble. 

Todo ello nos remite a una típica sociedad depredadora. 

Pero lo más destacable es la progresiva transformación en las estrategias de poblamiento y uso del territorio. Aunque se detecta la utilización de cuevas y abrigos como zonas de hábitat, el mundo natufiense se caracterizará por la presencia de unos poblados más o menos estables.

El natufiense terminaría entre el 9.500 y 9.000 BC según las zonas. 

punta Khiam
En esta etapa final, entre el 10.000 y el 9.000, destaca el Khiamiense

Se caracteriza por un mismo tipo de economía y de estrategias ocupacionales y tecnológicamente, por la presencia de las llamadas puntas del Khiam.

Lo que realmente hace diferente el Khiamense es la aparición de una incipiente imaginería basada en el tema de la figura femenina y el toro, elementos que serán de base de la iconografía religiosa del neolítico en el Próximo Oriente.






sábado, 18 de agosto de 2012

zonas nucleares neolíticas

cerámica del Yarmukiense (6250-5300a.c.)

La diferenciación del neolítico respecto de los períodos anteriores se establecía fundamentalmente por la tecnología: el neolítico se definía como “piedra nueva”, en contraposición a paleolítico “piedra antigua”, por la aparición de la técnica del pulimentado aplicada a la industria lítica (lo que no supuso la desaparición del sistema de modificación de la piedra mediante la talla). 

También la cerámica surgía por primera vez. Pero la transformación más importante serán las estrategias económicas de subsistencia a través de dos actividades: la agricultura y la ganadería.

Este cambio no se produjo de forma globalizada en todas partes ni en el mismo momento, pero curiosamente se dio cierta sincronía en las diversas comunidades aisladas, con una diferencia de pocos miles de años.

Próximo Oriente: Parece claro que se trata del núcleo más antiguo de neolitización.

Tassili n´Ajjer
África: Especialmente en el área sahariana. Se considera que podría tener un cierto grado de autoctonismo, aunque muy posiblemente también habría percibido influencias y préstamos culturales del Próximo Oriente. Los desiertos actuales eran fundamentalmente zonas esteparias que, si bien no permitieron un gran desarrollo de la agricultura, sí que facilitaron la ganadería, especialmente de ganado bovino. En el Sahara se generaliza una gran actividad artística, como los grabados y pinturas rupestres del Tassili n´Ajjer, hoy al sur de Argelia, en el que son frecuentes las representaciones de pastores con sus manadas de bueyes, así como algunas especies salvajes (hipopótamos, rinocerontes, jirafas). Fue en el África intertropical donde se desarrolla en mayor medida la agricultura, con algunas especies como el arroz de guinea o el ñame. La importancia de la implantación de un mundo cultural de carácter fundamentalmente africano a partir del neolítico permite explicar la singularidad del desarrollo en este continente de posteriores civilizaciones antiguas, con pocas similitudes con sus contemporáneas, como es el caso del Egipto faraónico.

Valle del Indo: Se suele aceptar que la neolitización en esta área está claramente influenciada por la expansión hacia el este del núcleo próximoriental. En cualquier caso, de la evolución propia de estas primeras comunidades neolíticas surgirán posteriormente civilizaciones de carácter urbano muy complejas, como la cultura de Harappa, cuyo máximo exponente es el yacimiento de Mohenjo-Daro, en el actual Pakistán.

ruinas de Mohenjo-Daro
Extremo Oriente: Se discute la posible existencia de dos núcleos de neolitización, uno al norte de China y otro al sur y en el sudeste asiático. Algunos investigadores consideran un solo punto de neolitización que, a medida que se dispersaba por el territorio, habría ido adaptándose a las posibilidades ambientales de cada región. La zona septentrional basará la producción de alimentos en la agricultura de cereales de secano como el mijo y en la ganadería de ovicaprinos. En la zona meridional destaca el arroz u otros productos vegetales propios de zonas tropicales, como los plátanos o la caña de azúcar. La importancia de la ganadería fue menor.



la neolitización americana

Después del relativamente rápido poblamiento de América por parte de grupos cazadores-recolectores procedentes del continente asiático a través del estrecho de Bering, los inicios del Holoceno se caracterizarían en todo el continente por la extinción de muchas de las especies de grandes mamíferos que hasta ahora habían evolucionado en el territorio americano lejos del contacto con los humanos.

A ello parece que se unió un efecto de desertización progresiva de algunos puntos del continente.

Este conjunto de circunstancias habría provocado que las poblaciones ameríndias, hasta ahora nutridas con una dieta fundamentalmente cárnica, tuviesen que adaptarse a una nueva alimentación, esencialmente vegetariana, a partir de hace unos 6.000 años. 

De la casi obligada especialización en este nuevo tipo de subsistencia debieron derivarse los primeros comportamientos productivos.

La neolitización americana se caracterizó por la domesticación de una gran variedad de especies vegetales, siendo muy escasos los animales domesticados. 

Este hecho supondrá, en algunas sociedades americanas, la continuidad de las actividades de depredación como la caza, la pesca o el marisqueo.

Podría pensarse, como mínimo, en dos focos de evolución independiente hacia las estrategias de producción:


Mesoamérica: El momento en que se pasó de una dependencia predominante de la depredación a una dependencia predominante de la producción fue alrededor de unos 5.000 años. Las principales especies cultivadas fueron el maíz, los frijoles, la calabaza, el pimiento y el aguacate. Pese a no ser alimenticio, destacaría también el tabaco, por su carácter simbólico y sagrado que se extendió por gran parte de América. Tan solo se podría citar, como especies animales domesticadas, el perro y el pavo.

Los Andes centrales: la neolitización de la zona andina también podría estar relacionada con el incremento de la aridez de la zona. Se distinguen dos áreas principales. Por un lado, la costa, que gracias a unos recursos marinos ricos, inició un proceso de sedentarización de las comunidades a partir de hace unos 9.000/7.000 años. Por otro lado, las zonas altas, donde las primeras actividades agrícolas posiblemente se dieron entre hace unos 8.500/7.500 años. Los elementos propios del núcleo andino serían el cultivo de la patata y la domesticación de la llama y del cobaya. Seguramente fueron incorporados por influencia mesoamericana, el maíz, los frijoles y la calabaza.


el Paleoindio


El término Paleoindio recogería la Prehistoria Americana, desde el Paleolítico Superior hasta los primeros agricultores sin tecnología cerámica –Protoneolítico o Neolítico Precerámico-.

puntas Clovis
Aunque no se sabe con precisión cuándo se produjo el primer paso hacia América, se acepta que provino principalmente de Asia y avanzó por la actual Alaska, al menos en dos oleadas bastante separadas en el tiempo (entre 42.000 y 21.000 años a.c. una y entre 10.500-4.000 años a.c. la segunda).

Se acepta en general que los amerindios derivan de poblaciones mongoloides asiáticas, aunque se han registrado cráneos prehistóricos en el norte y sur del continente con caracteres no mongoloides, que han permitido sugerir la existencia de poblaciones “premongoloides”.

Las investigaciones en el área de Beringia, Alaska/Yukón de Alaska revelaron el conocimiento de cazadores de bisontes y alces de Alaska central cuya cronología se remonta al 10.000/9.000 a.c., denominados Complejo Nenana, con puntas de proyectil foliáceas pequeñas.

En Siberia se hallaron vestigios de viviendas y utensilios de cazadores de renos, bisontes y mamuts, propios del Paleolítico Superior:


  • Complejo NaDene, hacia 12.300/11.600 años a.c. con puntas de proyectil bifaciales pedunculadas.


  • Complejo Deanali o “proto-esquimales”, hacia 8.860/8.460 años a.c. con puntas foliáceas apedunculadas.

NaDene y esquimales llegarían a América hace unos 13.000 años a.c., desde  Asia, de los cuales pudieran descender los cazadores Clovis.

Los cazadores Clovis, o "cultura llano" (utilizan puntas de proyectil con acanaladura basal para enmangar), con cronología de 9.200/8.900 años a.c., fueron reconocidos en Nuevo México (EE.UU.). 

puntas Folsom
Probablemente avanzaron hacia el sur, dispersándose unos grupos por Centro y Sudamérica, y otros hacia el norte, en busca de la megafauna de clima frío.

A partir de unos 9.000 a.c., la extinción de los grandes paquidermos llevó a la especialización en la caza del bisonte, y sus cazadores, serán los denominados Folsom (el yacimiento epónimo se sitúa en el estado de California), cuya industria lítica presenta puntas con acanaladuras en ambas caras de la pieza.





domingo, 12 de agosto de 2012

cambios culturales mesolíticos


La calificación de las sociedades mesolíticas como cazadores-recolectores complejos descansa en varios argumentos:

La tendencia hacia el sedentarismo: La reducción de los movimientos (ya no tenían que perseguir las manadas migratorias de animales) condujo hacia una restricción de los radios de movilidad residencial, hacia la aparición de campamentos semi-permanentes, en muchos casos al aire libre, en lugares estratégicos, con acceso a distintos ecosistemas que facilitaran la caza, pesca y recolección. Esta tendencia conllevó a la concentración demográfica, lo cual provocó un marco de competencia por los recursos naturales e incremento de la necesidad de posesión del territorio en exclusividad. Las pruebas arqueológicas de posibles actos de muerte por violencia son escasas pero revelan un nuevo marco de relaciones basada en la competencia por el control de los recursos y la posesión de territorios.

La diversificación de la dieta: En la mayoría de los casos, la caza mayor presentó la principal parte de la dieta, pues los grandes animales suministraban grandes cantidades de carne. Pero no se prescindió de los pequeños mamíferos y aves, así como la intensificación de las prácticas alternativas a la caza, como la recogida de moluscos marinos, caracoles terrestres, la pesca y la recolección de vegetales.  La incorporación de nuevos alimentos constituía una reducción del riesgo de poner en peligro la supervivencia de los seres humanos al no depender de una sola fuente alimenticia. Sin embargo, no provocó siempre una mejora de la alimentación y por tanto un progreso. De hecho, en algunas comunidades mesolíticas existen pruebas de un retroceso de la salud relacionado con un empobrecimiento de la dieta.

enterramiento mesolítico en Téviec
Los enterramientos agrupados o necrópolis: Son claras las relaciones que existe entre los modos de asentamiento sedentario, las reivindicaciones territoriales y las necrópolis. En los entornos de sociedades sedentarias con signos de competencia por los recursos naturales, las prácticas de enterramiento colectivo son un instrumento eficaz para reivindicar un territorio en propiedad. Dar sepultura a los propios difuntos permite reforzar la identidad territorial del grupo pero también asumir el control de la tierra, que se convierte así en un lugar sacralizado por ser de la tierra ancestral de los antepasados.

Los indicios de una diferenciación social vertical: En una sociedad de tipo horizontal las diferencias entre individuos se limitan a cuestiones naturales relacionadas con la edad o las funciones atribuidas a cada sexo. Pero en unas pocas necrópolis mesolíticas hay indicios que apuntan hacia diferencias de otro tipo. La presencia de ajuares de distinta clase revela que algunos individuos de la comunidad podrían haber adquirido cierta relevancia social y algunos clanes dejaban conocer su especial valía.

puntas de flecha mesolíticas
El desarrollo de la microlitización: la característica principal de la industria lítica fue la generalización de los microlitos, o piezas de reducidas dimensiones (menores de 5 cm), que no pudieron usarse de manera individual ni manejarse de manera directa con los dedos. Más bien debieron ser parte de otros instrumentos a modo de pequeños dientes o puntas terminales, pegadas con resina natural a vástagos de madera o de hueso, con la intención de crear unas armas apuntadas y dentadas. Las pruebas realizadas con las réplicas de arcos y flechas nórdicos han revelado la impactante capacidad de penetración de los microlitos y su potencialidad para provocar hemorragias, dañar músculos y romper arterias.